Tercera entrega de Taken, posiblemente la última y la peor
de las tres, hay que decirlo. Esto no de mala onda claro, pero la mano se venía
difícil, en intentar solo igualar a las dos cintas anteriores, era una tarea
compleja y vaya que lo fue, quedan las evidencias
de aquello, pasemos a revisarlas en TSF.
La primera película ofrece una dinámica excelente y en su
tiempo fue un imperdible, la segunda es más de lo mismo, Taken copiando a Taken;
la idea de que nada le podía pasar a Neeson era más fuerte y fue esto lo que
hizo de la película algo irregular, sabíamos que este tipo duro podía contra
cualquiera y era invencible, por tanto de sorpresa, nada. Los realizadores
lograron captar estas sensaciones de disconformidad, era necesario replantear
la idea, ya no podíamos poner a girar todo en base a un secuestro, es así como
surge esta propuesta de película acción, como cualquier otra, dejando en el
olvido alguna referencia con sus antecesoras.
Al principio, era un secreto a voces que un protagonista
debía morir, al menos para mí lo era, ya no podía ser todo perfecto, había que
golpear la mesa y lograr una pequeña descarga de epinefrina en el espectador,
esto claro es llevado a cabo y como pequeña sorpresa ocurre a pocos minutos de iniciar
el film (punto a favor). Bryan es incriminado de la muerte de su ex esposa y
este se da a la fuga, investigando por su propia cuenta como siempre y con una
pequeña ayuda de sus amigos (canta Billy Shears) dichas investigaciones (con notables
persecuciones de autos de por medio) por
conocer quien ha matado a su esposa son positivas, logra rescatar información
importante que abren camino a la verdad. Un tal Melankov, quien secuestra y
mata a Leonore, Bryan logra dar con el paradero de este y tras muchos disparos
( Melankov con metralleta y Bryan con pistola, este igual se las arregla) el
malo es asesinado, no sin antes confesar la verdad (SPOILER) : Stuart (quien
era la actual pareja de Leonore) debía dinero en uno de sus negocios sucios,
este contrata a Melankov para que se encargue de dar muerte a Leonore y así cobrar
un seguro de 12 millones; la deuda estaría saldada, Stuart se las había jugado
a ambos, salía de sus deudas y de paso el asesino era eliminado. Ya en los minutos
finales vemos la persecución a Stuart quien tenía secuestrada a Kim y tenía la
intención de escapar en su avión, esto claro no ocurre, aparece el gran Liam
Neeson, quien con su auto choca las ruedas del avión. Ocurrido esto viene lo
peor de lo peor que un guionista puede hacer: Neeson le enrostra a Stuart todas
sus movidas y como este llevaba a cabo su plan para salirse con la suya, acerca
del asesinato, la contratación de Melankov, los mensajes de texto incriminando a
Bryan; TODO lo que el espectador con déficit atencional no logró captar en los 100
minutos de cinta, son explicados por un Neeson que obviamente se sale de su
actuación al tener que reproducir esas absurdas líneas.
¿Era necesario darle un nuevo sentido a Taken? ¿Se logró de
buena manera?
Podríamos decir que el desarrollo no es de lo mejor, demasiadas
persecuciones, donde seguir una pista conlleva sangre, el protagonista zafando
de situaciones adversas, la policía inepta; todo esto calza perfecto si tuviésemos que
describir muchas películas de acción de los últimos años, por tanto Taken 3 cae
esta vez sin duda en este género, uno
que no muy a menudo logra sorprender, sino entretener, películas ligeras para
pasar el rato, que últimamente no aprecio mucho, pero que son parte
importantísima del universo cinematográfico.
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