21 de mayo de 2019

La despedida de Game of Thrones




   La última vez que escribimos de Game of Thrones titulábamos que había perdido el trono en la temporada cinco. Así fue, la sexta no logró convencer mucho a excepción del final y la séptima para sorpresa de muchos logró elevar el nivel, incluso nos hizo recordar sus viejas glorias, cuando esta brillaba en sus tres primeras temporadas. Nunca fue un desafío fácil para los guionistas (hoy tan cuestionados) realizar la serie sin el respaldo de los libros, no hay dudas que algo se perdió en el camino.
   Hoy las opiniones de los fanáticos se contraponen de manera radical y podemos decir que si el final a algunos les gustó, que bien por ellos y a quienes no les gustó, les encantaría sentirse como los del primer grupo.
   No se trata del final, sino de analizar toda la temporada y podemos decir con certeza que se equivocaron en muchas cosas, lo principal a mencionar en este humilde blog de opinión personal es: la distribución de los tiempos y como acomodaron los grandes sucesos en los capítulos, específicamente en los dos últimos. Soy un convencido de que si estos dos se hubiesen equiparado, estarían todos felices.  Ya volveremos a esto.

La temporada en general:

   Los dos primeros episodios son geniales, esta serie seguía siendo Game of Thrones, en especial el primer capítulo, que une todos los cabos y regala grandes escenas como el reencuentro de Jon y Arya (vean esta entrada)  o  Bran esperando toda la noche por Jaime. Quién no sintió que la serie volvía  donde todo había comenzado. El segundo capítulo es la despedida de todos los personajes, carta muy bien jugada por la producción en el que dejaron a todos expectantes por la gran batalla que se avecinaba contra los caminantes blancos liderados por el Rey de la Noche.
   El tercer  capítulo nos ofrece la gran batalla, los primeros treinta minutos fueron derechamente: incómodos por la idea de hacer todo tan oscuro. Transcurrido este tiempo el asunto se vuelve intenso e intrigante, todas las esperanzas estaban perdidas y en mi caso mi teoría pesimista se estaba cumpliendo, el ver a todo Winterfell sucumbiendo al más fiel estilo de Game of Thrones, hasta que Arya le da el golpe de gracia al Rey de la Noche, el balance hasta este punto de la temporada era muy positivo.
   Vamos a los capítulos que le dieron el bajón a la temporada: El capítulo cuatro, probablemente el peor de todos, eventos alocados que por cierto acabarían por trastornar a la Reina Daenerys, al tener que presenciar la muerte de Missandei; el poderío de la flota de hierro que se hacen presagiar como temibles;  al igual que las fuerzas del ejército pagado (La Compañía Dorada) por Cercei. Lo único rescatable es el diálogo con aires conspirativos entre Tyrion y la “araña” Varys. Es con la muerte de este último como arranca el penúltimo capítulo de esta gran serie. La “temible” flota de hierro sucumbe fácilmente ante las llamas escupidas por Drogon, está bien, el dragón es poderoso;  pero todo lo que intentaron vender en el capítulo anterior se va a la basura y pierde toda credibilidad. Es vergonzoso ver a los tripulantes de la flota de hierro dirigir con ineptidud las grandes armas hechas para cazar dragones y como toda la flota es consumida en segundos.  Es vergonzosa también la frase final de Euron Greyjoy. La pelea del Perro y la Montaña, dénmela cien veces, estuvo correcta. Pero la estresante quema de King’s Landing dura mucho señores realizadores, y es aquí donde retomo con la equiparación que antes mencioné, si hubiesen balanceado los sucesos en los dos capítulos finales, hoy tendríamos a todos felices. Bueno, no  a todos exactamente, no se puede complacer a quienes vieron toda la serie el año pasado y comenzaron con los libros (ocho y veintitrés años tarde respectivamente), o al peor grupo de fanaticada: aquellos que reclaman sólo porque la serie no termina con sus personajes favoritos favorecidos. 

   Hablemos del capítulo final, la guinda de la torta que no todos se sirvieron a gusto. Personalmente creo que es un final muy decente. Uno de los protagonistas y de los favoritos de muchos, hablamos de Jon Snow, tuvo el mejor final. En un acto fatal acabó con la vida de su amada Daenerys, todo por detener los terroríficos sucesos que se avecinarían si Dany hubiese seguido como reina, sacrificando amor por el bien de los habitantes de Poniente. Sacrificando una vez más, como lo hizo luchando por el pueblo libre al norte del muro, como lo hizo en la batalla de los bastardos. El rey del norte y heredero legítimo al trono de hierro, quien nunca anheló dichos títulos, es enviado a donde pertenece en realidad: el verdadero norte. Mismo lugar donde se encamina en el segundo capítulo de la primera temporada. Mismo lugar donde conoció a Ygritte y donde batalló contra los traidores desertores de la guardia de la noche ¿No les parece un final poético para el protagonista de la serie, adentrándose en compañía de su lobo huargo y Tortmund, guiando al pueblo libre a través del mismo bosque donde todo comenzó el año 2011? 

   Pero...
   Bien, los Stark, obtienen todo y son felices por siempre; cuento corto. Pero qué es lo que me hizo enfermar de este último capítulo: la pobre escena de reunión de lords de las grandes casas de Poniente para decidir el destino de Snow y de paso, muy improvisadamente elegir un nuevo Rey. Esto es tan azaroso y quiebra el episodio final por la mitad. Cero línea argumental. Imagine usted querido lector; si en el penúltimo capítulo, la quema de la capital se hubiese acortado un poco, si se hubieran ahorrado todas las supervivencias de Arya y hubiesen finalizado con la muerte de Daenerys. El último episodio, podría haber retomado la esencia Game of Thrones con el drama presente  y haber mostrado todas las discusiones  e intereses de los lords, los inmaculados, los norteños; todos los escenarios posibles para Jon Snow. Todo ese tiempo que se saltaron, lo resumieron a dos minutos narrados por Tyrion a un encarcelado Jon.
El final fue correcto, pero como antes mencioné; se quiebra por la mitad, tuvieron dos años para pavimentar un mejor camino hacia el desenlace.

   Son contados con los dedos de una mano en los que un final logró satisfacer a la mayoría de la audiencia, era una tarea difícil, en la que sin duda los guionistas perdieron a ratos la coherencia en esta última temporada. Game of Thrones es un peso pesado, una serie de la que cuesta despedirse por llevar tantos años en pantalla, nos entregó momentos épicos que nos dejaron sin aliento en el pasado;  como la partida de Eddard Stark y la boda roja, esta última el momento más WTF que se haya visto en la pantalla chica. Nada quita que sea considerada una de las mejores series de la historia, dentro de un top cinco, sin duda alguna ¡A Game of Thrones le decimos gracias totales!  


Varys was right... obviamente
       




*** ¿Quién no subía el volumen cuando GoT comenzaba?
 Si alguien quiere saber de finales perfectos, que vea Lost y Person of Interest.. wow 
 Hay muchos criticando en vano la serie y creo que no lo merece, por favor ... Fuimos testigos de una de las producciones más grandes para la pantalla chica. 
 No incluì la calificación, pero se infiere que es OMG.