15 de febrero de 2015

Better Call Saul



Better Call Saul ha arrancado con el pié derecho, llevamos dos capítulos emitidos por AMC y ya está dando que hablar y como puede convertirse potencialmente en un imperdible de la pantalla chica.
Las críticas han sido muy favorables y ya se habla en boca de muchos que puede ponerse a la par con Breaking Bad, comentario que no comparto ciento por ciento, les cuento por qué.
La serie que toma acción años atrás antes de que Saul conociera a Walter White y su compañero de laboratorio Jesse Pinkman, arranca con una escena notable de Saul después de desaparecer del mapa, ahora este trabaja en un local de repostería en un centro comercial, con una actitud muy a la defensiva, pensando que puede ser descubierto, este al igual de White, se refugia en un ambiente frío e invernal, totalmente opuesto a sol radiante de Albuquerque donde Breaking Bad lleva a cabo sus cinco temporadas. Saul de forma nostálgica guarda una cinta que reproduce en su solitaria morada, nada más ni nada menos que sus comerciales, de Better Call Saul. 


El primer episodio debo decir que fue muy lento, los directores intentan plasmar en largos minutos la triste vida de Jimmy McGill ( nombre real de Saul ) quien vive de casos pobres, abogado de crímenes imposibles que le dejan ganancias paupérrimas y le alcanza apenas para vivir, un auto chatarra (que sólo puede valer 500 dolares si adentro hay una prostituta que cueste 300) y con una pequeña oficina dentro de un salón de masajes, alrededor del 90% del capítulo se centra en esto. Saul en un intento de ganar dinero a la mala, termina por meterse en problemas, con quién, con el ya conocido Tuco. Ya en el segundo episodio, la resolución del problema nos recuerda en demasía a Breaking Bad, es la misma dirección notable de Gilligan acompañado de Gould, que logran hacer la historia creíble y con cuotas de humor. Tras este altercado con Tuco (y sus empleados que conocimos en BrBad, el gordo y el calvo que termina por matar a golpes), McGill logra zafar de la situación aplicando como nunca había hecho en un caso, sus dotes abogado defensor salvando de la muerte a sus dos compañeros de jugarreta. Tras esto McGill toma un segundo aire y se le ve con más disposición a ganar esos casos imposibles, intentar persuadir al abogado fiscal y buscar arreglos, también aplica esto en la vida cotidiana, en contra del querido Mike Ehrmantraut que ahora vemos como trabajador de un estacionamiento y ya veremos como se dará la historia entre estos dos. Ya en el final del segundo episodio un bad guy ( colega de tuco ) visita a McGill, es aquí donde a este le queda la puerta abierta a la vida del crimen y cómo este terminará siendo el abogado de los malos, tal como lo vimos en BrBad.

Hablar a estas alturas de que puede ponerse a punto y tan solo igualar a BrBad es premeditado (por tanto la calificación será al final de temporada), hasta el momento hemos visto una serie que sigue con un drama cercano al espectador, con situaciones potencialmente reales y con una dirección impecable, qué decir de los notables personajes, que ahora deben lucirse más de lo que lo hicieron en BrBad como reparto y que así nos encantaron, ahora el protagonismo lo tienen ellos y sin duda en increíble tenerlos de vuelta.